Vivir con un cuidador, no es un camino de rosas

Disponer de la ayuda de un cuidador en casa, debe solucionar el cuidado de nuestro familiar

Iniciar la convivencia con una persona que no conoces de nada, no siempre es fácil

La adaptación mutua es un proceso necesario que hay que asimilarlo con paciencia, tanto para la familia, para el cuidador, como para la persona cuidada. Convivir con un cuidador, precisa de un asesoramiento para saber como hacerlo lo mejor posible. Mejorando la comunicación, trato y respeto entre todos, la eficacia del cuidador, y proteger los intereses de la familia y del cuidador en aspectos laborales y legales.

Hay personas que han escogido esta profesión por vocación y así lo demuestran. Tienen un don especial, llevan la casa, están pendientes de lo que falta y saben planificarse. Son humanas, saben tratar a las personas que cuidan con calma, respeto, humildad y cariño. Se preocupan por la persona y acaban siendo parte de la familia. Algunas llegan a cuidar durante muchos años a la persona, hasta su último día de vida, incluso después continúan con la familia.

Las felicito y doy las gracias a todas las cuidadoras/es que saben y se entregan para realizar esta magnífica labor lo mejor posible. Mi enhorabuena. Son excelentes cuidadoras y magníficas personas, pero es difícil encontrarlas, pues son una minoría.

Por otra parte están las que llegan a esta profesión de rebote, bien porque con la crisis no encuentran trabajo de su profesión o bien porque hasta ahora han hecho de mujeres de la limpieza y buscan algo más relajado haciendo compañía a los mayores. Saben que hay mucha demanda de cuidadores, pues nuestra sociedad envejece. Ofreciéndose como cuidadoras encuentran trabajo con rapidez y van cambiando de familia en cuanto encuentran otra que ofrezca más salario o por el mismo requiera de menos esfuerzo. Ello sería totalmente lícito, ya que cualquiera de nosotros lo haría, sino fuera porque nuestro familiar puede depender de sus cuidados y ello es éticamente incorrecto.

Es cierto que es un trabajo, pero no se trata de un trabajo cualquiera. Estamos hablando, de cuidar a personas que necesitan ser cuidadas y tratadas correctamente; no de limpiar muebles o cocinar únicamente. He aquí, la gran diferencia y a veces puede ser una tarea difícil, ¡cierto!. Pero… ¿que no hay difícil en esta vida?.

Por ello es bueno que como familiar, reflexiones y te formules las siguientes preguntas

  1. ¿Debo buscarla por conocidos o a través de una empresa?
  2. ¿Puedo exigir referencias, de qué tipo?
  3. ¿Debo preguntarle por su situación familiar?
  4. ¿Debo comprobar las referencias y como?
  5. ¿Percibiré su buen o mal carácter a tiempo?
  6. ¿Sabre si son referencias reales o no?
  7. ¿Qué repercusiones puede tener no hacer contrato?
  8. ¿La contrato yo o contrato servicios a una empresa?
  9. ¿Que diferencias hay entre tipos de contratación?
  10. ¿De cuanto tiempo debo hacer el contrato?
  11. ¿Qué aspectos legales implica contratar un cuidador?
  12. ¿Puedo hacer cumplir lo acordado verbalmente?
  13. ¿Puedo ayudar al cuidador a ser más eficaz?
  14. ¿Cómo puedo comunicarme con un cuidador sin discutir?
  15. ¿Que podemos exigir y que nos exijan?
  16. ¿Puedo creer todo lo que me dice o debo interpretarlo?
  17. ¿Merece un descanso diario por lo bien que está trabajando?
  18. ¿Debo anotar las incidencias?
  19. ¿Puedo evitar que se aproveche de mi buena fe?
  20. ¿Puedo descubrir si finge malestar para coger la baja?
  21. ¿Qué debo hacer si la cuidadora quiere marchar?
  22. ¿Puedo saber cómo actúa y trata a mi familiar cuando no estoy?
  23. ¿Debo tener pruebas para despedirla?

Algunos familiares, después de leerlo, os preguntaréis… ¿porqué debo preguntarme todo esto?. Os diré, que por nuestra propia experiencia, sabemos que así os podréis evitar, o al menos minimizar en gran parte, los problemas que os puedan surgir. Es nuestro trabajo y objetivo, protegeros e intentar ayudaros al máximo, en el cuidado de vuestro familiar.

Para aclarar todas estas dudas, realizamos reuniones y charlas con familiares, sobre cómo VIVIR CON UN CUIDADOR

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